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Detrás de la crisis de Electricaribe están las personas que la padecen

La decisión del Gobierno colombiano (con amplio consenso a nivel local) de intervenir la empresa de energía Electrocaribe, la filial de Gas Natural Fenosa, conformada por capitales colombianos y españoles, sacudió la agenda noticiosa de las últimas en ambos países.

Quienes tuvieron que actuar aducen inconvenientes con los pagos y deudas millonarias, algo que desde hace tiempo viene afectando el servicio ofrecido, del cual depende también muchas familias vulnerables.  

El proceso de negociación entre la empresa y el gobierno colombiano se venía llevando a cabo desde hace tiempo, pero finalmente tuvo este desenlace que se hizo público y que fue calificado por el propio presidente Juan Manuel Santos como la “mejor salida”.

De parte del Ministerio de Relaciones Exteriores de España la situación se sigue con preocupación, se espera que la intervención sea temporal y que haya pronta solución.

Pero más allá de los motivos para la decisión de intervenir están las personas, pues se trata de una empresa que llega a 2.5 millones de usuarios en varios departamentos de la Costa Caribe del país.

Y sobre esto recae la explicación que dio el ministro colombiano de Minas y Energía, Germán Arce Zapata, en declaraciones reproducidas por El Espectador de Bogotá.

“Buscamos solucionar este problema histórico de la mano de Gas Natural Fenosa accionista mayoritario de Electricaribe, pero no logramos en esta ronda de negociaciones un acuerdo para la capitalización de la empresa. Sin el financiamiento del plan de inversiones requerido, la única opción para proteger a las familias del Atlántico, Bolívar, La Guajira, Magdalena, Córdoba, Cesar y Sucre es la toma de posesión”, señaló.

Justamente, los pobladores que dependen del servicio de Electricaribe en estas zonas vienen padeciendo con inconvenientes en el servicio desde hace años.  Por ejemplo, ante los constantes cortes de energía de Electricaribe la gente ha tenido que regresar de alguna manera al mundo de las velas y otros artefactos lumínicos sin dependencia eléctrica, tal cual reseña El Espectador.

Y la situación no afecta solamente a quienes utilizan la electricidad para menesteres domésticos, sino también a quienes tienen que trabajar.

Jennifer Bedoya es peluquera y declaró que su trabajo se vio menguado debido al mal servicio de energía (no puede utilizar diferentes artefactos como secadoras por fala de fluido eléctrico).

“Cortes sin blower”, reza el letrero de su casa. “Los peluqueros volvieron a las tijeras”, agrega con un poco de humor.

Pero esto no le sucede solo a Jennifer, sino también a tantos otros que tienen negocios como heladerías, restaurantes, etcétera.

De momento, el camino que se prevé para solucionar el tema de la intervención y que el servicio mejore parece tener varios obstáculos. Pero lo más importante es que no sea a cualquier precio y que sean la personas quienes estén por encima de cualquier otro interés.

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