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Necesidades del corazón

“Cuando Jesús, dice el evangelio, vio la multitud «sintió compasión de ellos, porque estaban como ovejas que no tienen pastor». Así se podría resumir las necesidades básicas del corazón humano; experimentar compasión. Experimentar que otro comprende y entiende los propios dolores. Hay alguien que es capaz de mirar mi propia miseria y no escandalizarse. Existe un amor que va más allá de lo que me es posible ofrecer a cambio.

Experimentar amor gratuito; esta es la primera y más honda necesidad del corazón. Sentirse amado gratuitamente. Experimentar que para alguien soy “importante” más allá de mis logros y conquistas. Vivir el amor gratuito es una experiencia que nos funda como seres humanos. Cuando podemos experimentar este amor, nos abrimos a la relación con los demás con un corazón agradecido. No hay experiencia más honda para engendrar un corazón agradecido que aquella que brota de haberse sentido amado incondicionalmente.

Recuperar la confianza en uno mismo; cuando por esas circunstancias de la vida no hemos podido lograr nuestros sueños o alcanzar nuestras metas, sentimos interiormente que nuestras fuerzas decaen y la confianza se resquebraja. Este es el momento en que necesitamos de esa palabra oportuna que logra devolvernos la confianza. Esa mano firme que se extiende y logra que nos pongamos nuevamente de pie. Cuando experimentamos que podemos recuperar la confianza en nosotros mismos sentimos que nuestra vida vuelve a resurgir. Es la experiencia de renacer lo que nos vuelve a poner en marcha. Sentir que alguien nos ayuda a recuperar la confianza en nosotros mismos es una de esas vivencias que con mayor fuerza se graban en el alma.

Sentirse perdonado; Cuando amamos a otro de verdad anhelamos no defraudar. Queremos ser fieles y entregarnos de corazón a esa relación. Pero en ocasiones no somos los suficientemente coherentes con ese deseo de entrega y fallamos. Todos hemos experimentado lo que significa quebrar la confianza de otro, y cuando ello ocurre sentimos un dolor enorme y una necesidad de restablecer la comunión. Y porque nuestro corazón ha sido creado para la comunión, cuando experimentamos que la hemos roto necesitamos recuperarla. Sentirnos perdonados, es la experiencia más grande del amor gratuito. Porque cuando no hay mérito para ser amado, cuando ha quedado al descubierto la propia miseria y no hay máscara que pueda ocultar la fealdad del egoísmo, hay alguien que vuelve a creer en nosotros y nos ofrece nuevamente su amor y confianza.[…]

Cuando podemos experimentar que alguien nos ama así, sentimos que nuestra vida tiene sentido. […]

Nosotros podríamos interrogarnos sobre nuestro modo de amar. Si es gratuito o a condición. Deberíamos estar más atentos a nuestras palabras y acciones para saber si logran devolver la confianza a aquellos que han fracasado o si por el contrario los terminamos por hundir o humillar más aun. […]

Pidamos a Dios desarrollar un corazón compasivo. Que nuestras palabras y acciones reflejen ese amor que todos necesitamos experimentar.“

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