Los españoles, cada vez más solos
“Una de las enfermedades que veo más extendidas hoy en Europa es la soledad”. Así de rotundo se mostraba el papa Francisco en su discurso en el Parlamento Europeo. Los datos publicados hoy en España le dan la razón.
El Instituto de Estadística Nacional muestra que en los próximos 15 años los hogares en los que vive una sola persona aumentarán casi en un 20%.
Para el 2031 habrá más de 5 millones de hogares unipersonales. Uno de cada cuatro hogares será un hogar de una sola persona.
Los datos son muy preocupantes y muestran cómo en este tiempo (15 años), España perderá cerca de 552.245 habitantes y en 50 años perdería más de 5 millones de habitantes.
Nos encontramos ante uno de los grandes problemas para España y Europa en general. Un problema que ya ha diagnosticado el papa Francisco en la Exhortación apostólica Amoris Laetitia:
“Una de las mayores pobrezas de la cultura actual es la soledad, fruto de la ausencia de Dios en la vida de las personas y de la fragilidad de las relaciones. La libertad para elegir permite proyectar la propia vida y cultivar lo mejor de uno mismo, pero si no tiene objetivos nobles y disciplina personal, degenera en una incapacidad de donarse generosamente. Se teme la soledad, se desea un espacio de protección y de fidelidad, pero al mismo tiempo crece el temor a ser atrapado por una relación que pueda postergar el logro de las aspiraciones personales”.
Es la gran enfermedad del siglo XXI y a la que nadie quiere o sabe poner remedio: el individualismo frente a la sociedad. El yo frente a la familia. El egoísmo frente a la vida con los demás.
Algunos viven solos por obligación y otros lo hacen “por devoción”. Muchas de estas personas solas son mayores, pero también son muchos los solteros que prefieren vivir en soledad.
Las separaciones y divorcios ayudan a que los datos crezcan y por ello también está creciendo el número de los hogares monoparentales, formados por un solo progenitor (suele ser la madre) con hijos.
¿Es lo mismo vivir solo que sentir soledad?
“La diferencia entre “estar solo”, “estar aislado” y “sentir soledad” es clara, aunque los tres conceptos se encuentran íntimamente interrelacionados”, explican Juan Díez Nicolás y María Morenos Páez en su informe La soledad en España.
En el informe y relacionándolo con el nivel de satisfacción de los españoles, destacan como una de sus conclusiones que “los que viven acompañados de su cónyuge y/o hijos son los que se sienten más satisfechos”.
De momento las instituciones públicas empiezan a constatar la enfermedad de la soledad y ya son muchos, entre ellos el papa Francisco quienes están realizando un certero diagnóstico sobre los problemas de la Europa del siglo XXI. Ahora sólo falta buscar cuáles son las soluciones.
Mientras tanto ofrecemos ayuda para quienes estén dentro de los que actualmente vivan o se encuentren solos:
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