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Más de 40 años siendo testigo del milagro de la maternidad

Trabaja en el Hospital Gineco-Obstétrico Enrique Sotomayor de Ecuador desde hace más de 40 años. En su trabajo como enfermera a lo largo de todo este tiempo logró asistir el parto de más de 700 bebés. Se llama Lelis Huayamabe, tiene 59 años y es una verdadera testigo del milagro de la maternidad.

“Me asusté al ver cómo venía un niño al mundo. Ya después vi cómo nacían y me fui adaptando poco a poco”, expresó a El Universo de Ecuador esta enfermera que lleva casi toda la vida en la maternidad.

Lelis es madre de tres hijos, pero no es lo mismo ser protagonista de un parto que justamente un “puente” para que otras puedan traer a sus hijos al mundo.

Durante muchos años trabajó en el cuidado de madres de la sala Santa Luisa del hospital, en atención de emergencia en posquirúrgico.

Al principio no fue fácil. Recuerda que cuando asistió al primer parto no pudo resistir al shock del alumbramiento por lo que llegó hasta marearse y desmayarse.

Hoy en día tiene gran experiencia en la asistencia y uno de los puntos que más recuerda a las madres primerizas es la importancia de la lactancia en los primeros meses de vida.

Pero el trabajo de Lelis en el hospital muy pronto llegará a su fin, no solo porque le quedan pocos meses para su retiro, sino porque en breve deberá trasladarse junto con el resto de los integrantes del centro al nuevo Hospital Gineco-Obstétrico Alfredo G. Paulson.

Muy pronto será inaugurado en Guayaquil, Ecuador el centro materno-infantil más grande de Latinoamérica. El nuevo hospital estará junto al Hospital de Niños Roberto Gilbert Elizalde.

Como telón de fondo está la alta mortalidad materna y neonatal que hay en Ecuador, además de la creciente demanda de los servicios que ahí se prestarán, indica la Junta Beneficiaria de Guayaquil.

El edificio tiene más de cinco plantas y cuenta con una moderna infraestructura hospitalaria con sistema electrónico y mecánico, servicio de seguridad, sistemas de control y climatización, redes de gases medicinales, además de equipamiento médico y auxiliar de última tecnología.

Solo resta esperar que las paredes del hospital sean testigos de la llegada de más niños al mundo, tal como le sucede a Shirley Vidal, una mujer ecuatoriana que espera dar a luz en el nuevo hospital a Anneth Charlotte, su tercer hijo, con toda la expectativa que ello conlleva.

“Es una gran emoción. Es bonito. Se sienten las pataditas”, expresó a El Universo.

El hecho de que su hija nazca en el nuevo hospital no le preocupa, porque los cimientos están vinculados a la maternidad que empezó a cerrar sus puertas y de la cual Lelis se siente tan orgullosa.

“Todos hemos nacido en la maternidad Enrique C. Sotomayor, desde mi abuelita, mi mamá y tíos, mis hermanas y yo, y ahora también mis hijos. Tienen los mejores equipos, los mejores doctores y nos resulta económico”, agrega.

Pero además de buenos equipos hospitalarios se necesitan más personas como Lelis, esos verdaderos testigos y facilitadores de la maternidad, verdaderos pilares en los que las madres puedan apoyarse en ese momento tan sublime para la vida de cualquier ser humano.   

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