Irse o morir: Cada vez más desplazados por violencia en Latinoamérica

Actividades criminales, tráfico de drogas, grupos armados, trata de personas, coalición de pandillas, junto con hambre, desempleo, poca educación y falta de oportunidades de una vida digna, han hecho que algunos países de América Latina comiencen a tener que lidiar con los desplazamientos forzados de personas, familias y hasta comunidades completas.
 
El Reporte Global Sobre Desplazamiento Interno por Conflicto y Violencia del Consejo Noruego para Refugiados –dado a conocer recientemente-- ubica en América Latina a seis países afectados por el fenómeno: Colombia, El Salvador, México, Guatemala, Perú y Honduras, en orden de población que ha tenido que dejar su lugar de residencia para salvar la vida.
 
El Reporte destaca a Colombia –país víctima de las guerrillas—con un total de seis millones de desplazados, seguido de El Salvador y México con entre 280 y 300 mil afectados por pandillas (El Salvador) y por los cárteles de la droga y su lucha por conquistar territorios y plazas (México).
 
“La principal causa de desplazamiento forzado en México y el Triángulo del Norte (de Centroamérica, que incluye a El Salvador, Honduras y Guatemala) ha sido la violencia criminal principalmente vinculada al tráfico de drogas y a actividades de grupos criminales. Grupos Armados No Estatales usan la violencia en búsqueda de ganancias y control territorial sobre rutas del narcotráfico y para neutralizar a organizaciones rivales”, concluye el Reporte.
 
México, una nueva realidad
 
México se había caracterizado por la migración no forzada, principalmente hacia Estados Unidos, en busca de trabajo o de mejores oportunidades de vida por parte de las familias. Sin embargo, en los últimos años ha ido haciendo su aparición el fantasma (no tomado todavía en cuenta por las políticas gubernamentales) de la migración interna y forzada por la violencia.
 
De los mexicanos que cambiaron de entidad de residencia en los últimos cinco años, el 6.4 por ciento lo hizo por razones de inseguridad pública y violencia, por lo que son considerados víctimas de desplazamiento forzado.
 
Este fenómeno que no era considerado en México una consecuencia de la violencia del crimen organizado y de la estrategia de seguridad gubernamental, se reconoció tras los resultados de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID), que mostró que en el periodo 2009-2014, de los 3.7 millones de migrantes internos en el país, 236 mil 800 huyeron de su hogar por inseguridad.
 
Organizaciones civiles y defensores de derechos humanos ya habían alertado sobre el aumento del desplazamiento forzado en el país y la necesidad de atenderlo. Esa cifra de desplazados considera a los afectados entre enero de 2011 y febrero de 2015 y que era urgente reconocer el fenómeno, recabar información al respecto y asistir a los afectados.
 
El registro mexicano incluye 141 casos de desplazamientos masivos ocurridos en 14 entidades federativas, es decir, el movimiento simultáneo de 10 o más familias de una misma comunidad que son víctimas de expulsión común.

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