Figura de la Virgen queda inexplicablemente intacta tras un incendio

En la Base militar "El Goloso", cerca de la capital de España, todavía están conmocionados por el acontecimiento ocurrido el pasado 30 de julio: un incendio en el interior de esta sede de la brigada de infantería respetó justamente el espacio donde se encontraba una talla de la Virgen María y las flores que la adornaban.
 
Toda la vegetación alrededor de la figura quedó calcinada, pero al apagarse el fuego, propiciado por una intensa ola de calor, los militares hallaron a la imagen de Nuestra Señora de Lourdes intacta, confirmó a Aleteia el portavoz de la base militar.
 
La imagen del suceso habla por sí misma, y se ha difundido ampliamente por las redes sociales en los últimos días.

Muchos soldados no sabían que había una estatua de la Virgen de Lourdes en el jardín de su base, aunque algunos sí le tienen una devoción especial y se han encomendado a ella.
 
No es un caso aislado

Son numerosas las imágenes, capillas o lugares sagrados que han quedado intactos milagrosamente tras sufrir la zona en que se encontraban desastres naturales o ataques.
 
También en España, durante la guerra civil, dos bombas lanzadas contra la basílica del Pilar no llegaron a explotar. Los artefactos se exponen hoy en la pared más cercana a la imagen de la patrona de Zaragoza.
 
En Alemania, durante la Segunda Guerra Mundial, ninguna explosión alcanzó al valle de Schoenstatt a pesar de las devastaciones de las comarcas vecinas, después de que el fundador del Movimiento de Schoenstatt, el padre José Kentenich, hiciera una promesa a la Virgen María para que no cayera ninguna bomba allí.
 
Más recientemente, en 2012, el Wall Street Journal mostró en su portada una gran fotografía de la talla intacta de la Virgen de la iglesia del barrio neoyorquino de Queens devastado por el Huracán Sandy.
 
Hay realidades que el conocimiento humano no consigue descifrar, pero la fe sí puede explicar. Y la ciencia humana y la fe cooperando sin confundirse contribuyen a una interpretación cierta.
 
Pueden suceder hechos inesperados que prendan fuego a un mundo ya de por sí cargado de males y amenazas. Pero en ese futuro posible, en medio de desastres que ni podemos imaginar, Nuestra Señora atravesará intrépida e ilesa junto a los símbolos de devoción de sus fieles, que serán protegidos y reconocidos como los amados del cielo.

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