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El machismo no se elimina con feminismo

Es comprensible la reacción fuerte de muchas mujeres hacia el feminismo frente  a la cultura machista imperante. Pero, no es esa la solución, aunque esa actitud beligerante ha servido para despertar muchas mentes.
 
El capital genético de cada individuo es muy valioso, la diferencia de género es original, auténtica y no una imposición de siglos de cultura errónea, como dirían los promotores de la llamada ideología de género al afirmar que las diferencias entre el varón y la mujer, fuera de las obvias diferencias anatómicas, no corresponden a una naturaleza fija que haga a unos seres humanos varones y a otras mujeres.

Quieren ignorar la riqueza que encierra esa bipolaridad sexual. El que esa bipolaridad haya sido manipulada en muchas culturas, no quiere decir que sea inventada.

Se trata de encontrar el porqué y para qué de esa autenticidad de cada género.

Si tenemos un satélite en el polo sur y otro en el polo norte, cada uno de ellos nos dará una visión incompleta de la tierra; sumando los dos enfoques tendremos una panorámica completa y correcta.

En la situación actual nos estamos planteando como si se tratara de hacer un pacto, una paz, una tregua, entre machismo y feminismo, dos posturas encontradas que tienen que “negociar” la convivencia y “soportarse” diplomáticamente como si se tratara de visiones o posturas irreconciliables que se perjudican la una a la otra.

Otros pretenden negar las naturales diferencias de género, ignorándolas o considerándolas artificiales.

Las diferencias de género existen y son altamente positivas, creadoras y creativas. Precisamente, el enfoque debe ser que las dos visiones se benefician mutuamente. Sumando los dos enfoques, tendremos una visión completa de la realidad, como la suma del enfoque de los dos satélites del norte y del sur. O como el encuentro de la  carga positiva y negativa de la corriente eléctrica que  genera luz, energía.

La masculinidad tiene una percepción incompleta de la realidad, igual que la feminidad. Para tener la visión completa hay que sumar los dos enfoques.

No se  trata  de firmar un “pacto de no agresión” sino, un reconocimiento de complementariedad, o como diríamos actualmente, una alianza estratégica entre la masculinidad y la feminidad, la alianza con la que fueron creados.

Un encuentro entre dos aliados que tienen, cada uno, una parte de la solución de los problemas.

Esa alianza es necesaria para la amistad, el noviazgo, matrimonio, los hijos, la sociedad, la ciencia, el arte, la política, la economía… Es la alianza de medio mundo con el otro medio para aprovechar al máximo las posibilidades que cada uno ofrece.

Cuando Dios los creó hombre y mujer para que llenaran la tierra y la gobernaran y la administraran, les hizo distintos, complementarios y completamente necesarios el uno para el otro; compañeros inseparables, destinados a entenderse,  si querían triunfar en el gobierno conjunto de sus propias vidas y la de sus descendientes. Para gobernar correctamente cada familia y las sociedades.

Por lo tanto, se trata de una alianza estratégica insoslayable y completa, no puede ser una alianza, coyuntural, parcial o temporal. Es una alianza exigida por la propia naturaleza.

Las soluciones a los graves problemas y crisis actuales de la cultura moderna deben verse con  la suma de los dos enfoques si queremos dar con el diagnóstico completo de cada problema, la visión real conjunta y, por tanto, con el tratamiento, las soluciones, correctas, adecuadas, idóneas.

Se pueden evitar muchos desastres, con esa visión completa de la persona y la sociedad.

El machismo y feminismo, expuestos por la llamada ideología de género,  tienen intereses  enfrentados. La feminidad y masculinidad de la naturaleza humana tienen intereses  coincidentes. Esa diferencia es una riqueza creadora.
 

Es comprensible la reacción fuerte de muchas mujeres hacia el feminismo frente  a la cultura machista imperante. Pero, no es esa la solución, aunque esa actitud beligerante ha servido para despertar muchas mentes.
 
El capital genético de cada individuo es muy valioso, la diferencia de género es original, auténtica y no una imposición de siglos de cultura errónea, como dirían los promotores de la llamada ideología de género al afirmar que las diferencias entre el varón y la mujer, fuera de las obvias diferencias anatómicas, no corresponden a una naturaleza fija que haga a unos seres humanos varones y a otras mujeres.

Quieren ignorar la riqueza que encierra esa bipolaridad sexual. El que esa bipolaridad haya sido manipulada en muchas culturas, no quiere decir que sea inventada.

Se trata de encontrar el porqué y para qué de esa autenticidad de cada género.

Si tenemos un satélite en el polo sur y otro en el polo norte, cada uno de ellos nos dará una visión incompleta de la tierra; sumando los dos enfoques tendremos una panorámica completa y correcta.

En la situación actual nos estamos planteando como si se tratara de hacer un pacto, una paz, una tregua, entre machismo y feminismo, dos posturas encontradas que tienen que “negociar” la convivencia y “soportarse” diplomáticamente como si se tratara de visiones o posturas irreconciliables que se perjudican la una a la otra.

Otros pretenden negar las naturales diferencias de género, ignorándolas o considerándolas artificiales.

Las diferencias de género existen y son altamente positivas, creadoras y creativas. Precisamente, el enfoque debe ser que las dos visiones se benefician mutuamente. Sumando los dos enfoques, tendremos una visión completa de la realidad, como la suma del enfoque de los dos satélites del norte y del sur. O como el encuentro de la  carga positiva y negativa de la corriente eléctrica que  genera luz, energía.

La masculinidad tiene una percepción incompleta de la realidad, igual que la feminidad. Para tener la visión completa hay que sumar los dos enfoques.

No se  trata  de firmar un “pacto de no agresión” sino, un reconocimiento de complementariedad, o como diríamos actualmente, una alianza estratégica entre la masculinidad y la feminidad, la alianza con la que fueron creados.

Un encuentro entre dos aliados que tienen, cada uno, una parte de la solución de los problemas.

Esa alianza es necesaria para la amistad, el noviazgo, matrimonio, los hijos, la sociedad, la ciencia, el arte, la política, la economía… Es la alianza de medio mundo con el otro medio para aprovechar al máximo las posibilidades que cada uno ofrece.

Cuando Dios los creó hombre y mujer para que llenaran la tierra y la gobernaran y la administraran, les hizo distintos, complementarios y completamente necesarios el uno para el otro; compañeros inseparables, destinados a entenderse,  si querían triunfar en el gobierno conjunto de sus propias vidas y la de sus descendientes. Para gobernar correctamente cada familia y las sociedades.

Por lo tanto, se trata de una alianza estratégica insoslayable y completa, no puede ser una alianza, coyuntural, parcial o temporal. Es una alianza exigida por la propia naturaleza.

Las soluciones a los graves problemas y crisis actuales de la cultura moderna deben verse con  la suma de los dos enfoques si queremos dar con el diagnóstico completo de cada problema, la visión real conjunta y, por tanto, con el tratamiento, las soluciones, correctas, adecuadas, idóneas.

Se pueden evitar muchos desastres, con esa visión completa de la persona y la sociedad.

El machismo y feminismo, expuestos por la llamada ideología de género,  tienen intereses  enfrentados. La feminidad y masculinidad de la naturaleza humana tienen intereses  coincidentes. Esa diferencia es una riqueza creadora.
 

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