Header Ads

Mirar hacia dentro

Momento de interiorizar y reparar

Por Mary Velázquez Dorantes

Ante la pandemia, las familias están en casa arreglando los objetos, lavando y aseando los hogares, leyendo, pero sin vivir; quizás estemos frente a la oportunidad más grande de nuestros tiempos: observar nuestro interior y repararlo, verificar nuestra relación con Dios e identificar nuestra relación con nuestros hermanos.

Estamos preocupados por lo que sucede afuera y no echamos la mirada hacia dentro, haciéndonos preguntas clave: ¿Cómo estamos con nosotros mismos?, ¿Cuál es el camino de nuestra fe?, ¿Hacia dónde encaminamos nuestra relación con Dios y cuán avivado esta nuestro diálogo con Él?

Y no es un tema de moda, ni tampoco un estilo de vida, es un momento de encuentro que nos ayudará a saber cómo esta nuestra habitación personal. Aquí están algunas claves para ordenar, limpiar y reparar nuestro Yo.

LA COHERENCIA DE SER

Vivimos en un mundo donde nos sumamos a la existencia. Sin embargo, ¿qué tan coherentes somos con nuestra esencia? Para poder descubrir este escenario es urgente determinar qué es aquello que nos inspira, cuáles son los sentimientos que nos ayudan a comprender la realidad, cómo vivimos la experiencia de sobrecogimiento y asombro.

Este momento es clave para ordenar nuestros escenarios personales, para identificar si mis actos están en coherencia con mis pensamientos y sentimientos, aquí podemos entonces descubrir qué nos mueve, cuáles son nuestros significados y propósitos de vida.

VIVE UNA RELACIÓN CON DIOS

Existe alguien que nos ama tal y como somos, nos acepta sin pretextos y está a nuestra espera constante: Dios. Es momento de encontrarnos con Él, invitarlo a nuestra vida, proyectos, inquietudes, miedos, de la forma más cercana, cada inicio de jornada y al finalizar la misma. Entre el bullicio del mundo, la relación con Dios parece lejana o distraída; sin embargo, la puerta está abierta para comenzar, quizás por la obediencia y la paciencia hacia quienes nos rodean, el dialogo constante con Dios, en alabanza, contemplación, silencio o meditación.

REPARAR EL DOLOR Y EL RENCOR

No se pueden dar grandes pasos si no aprendemos a reparar nuestro corazón y nuestra alma. El dolor y el rencor pueden dejar heridas por un largo tiempo, sino es que por toda la vida. Si miramos hacia adentro y nos volvemos agentes que actuamos y no sólo observamos, vamos a poder reparar todo aquello que nos daña, comenzando con un acto de perdón.

Esto implicará acciones constantes, una mirada objetiva, una atención personalizada, quizás requeriremos de herramientas de fe, coraje y valentía, para poder salir adelante con todo aquello que guardamos y nos lastima. Mirar hacia dentro nos ayudará a crecer, evolucionar, avanzar fuertes, completos, sin sombras. ¡Aprovechemos este tiempo para hacerlo!

Publicado en la edición semanal digital de El Observador del 12 de abril de 2020 No.1292

Let's block ads! (Why?)

No hay comentarios.

Con tecnología de Blogger.