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La caída del Muro de Berlín… ¿positiva o negativa?

¿Qué opinan los europeos sobre su vida y su sociedad a treinta años de la caída del Muro de Berlín?

Por Jaime Septién

El Pew Research Center (PRC) ha hecho un estudio en profundidad sobre la opinión pública europea a tres décadas del derrumbe del emblemático muro que dividía Berlín –y la propia Europa– en dos partes: la oriental soviética y la occidental europea.

El trabajo del PRC se llevó a cabo entre el 13 de mayo y el 12 de agosto de 2019 y comprendió un universo de encuestas a 18,979 adultos en 14 países miembros de la Unión Europea (UE), más Rusia, Ucrania y los Estados Unidos, para fines de comparación.

Jacob Poushter, analista en temas de gobierno del PRC, elaboró diez conclusiones-clave que se desprenden de los estudios de este organismo en comparación con las investigaciones realizadas en 1991 y en 2009 sobre el mismo tema: qué piensan los encuestados después de aquel acontecimiento del 9 de noviembre de 1989.

Aprueban el cambio y mejoran calidad de vida

La primera conclusión es que los centroeuropeos y los europeos orientales aprueban el cambio de sistema hacia el multipartidismo y la economía libre de mercado. La mayoría de los ciudadanos en Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Lituania y el área correspondiente a la antigua Alemania Oriental califican favorablemente la transición.

Un dato importante de esta primera conclusión es que los ciudadanos rusos son los que tienen menos probabilidades de aprobar el cambio al modelo liberal democrático y capitalista de Occidente. De hecho, señala la conclusión del PRC, 63 por ciento de los rusos está de acuerdo en que es una desgracia que la Unión Soviética ya no exista.

La segunda conclusión se centra en el gran aumento de personas que señalan con certeza que su calidad o nivel de vida ha mejorado sustancialmente tras la caída del Muro de Berlín. Por ejemplo, Lituania: en 1991 solo 9 por ciento de los lituanos creía que su nivel de vida había mejorado mientras que en 2019, 70 por ciento lo afirman.

Satisfechos con su nivel de vida, no con la democracia

En general –lo que se desprende de la tercera conclusión del estudio del PRC– los europeos están mucho más satisfechos con sus propia vida que en 1991. La mejora ha sido especialmente clara en los países de Europa Central y Oriental. Por ejemplo, en 1991 solo 12 por ciento de los polacos calificó su satisfacción con la vida en siete o más en una escala de diez puntos En la nueva encuesta, 56 por ciento califica su vida con siete o más.

En lo que respecta a la cuarta conclusión, ésta señala que los europeos de hoy apoyan con fuerza los derechos democráticos, incluido un sistema judicial justo, la igualdad de género y la libertad de expresión. Una mayoría en los 14 países de la UE encuestados dice que estas tres características de la democracia liberal son muy importantes en su país. Pero la intensidad del apoyo es menor para otros aspectos de la democracia, como la libertad religiosa y la sociedad civil.

La quinta conclusión del trabajo comparativo del PRC puede ser la causa de que exista un ascenso en la propuesta radical: la insatisfacción con la democracia es común en Europa, aunque existen diferencias según el país.

En Suecia, por ejemplo, 72 por ciento está satisfecho con la forma en que funciona la democracia, mientras que, por otro lado, aproximadamente dos tercios o más en Grecia, Bulgaria, el Reino Unido, Italia y España no están satisfechos.

Merkl la mejor calificada, Putin y Orban reprueban

En cuanto a la sexta conclusión, los líderes europeos provocan opiniones mixtas. La que inspira mayor confianza en los 14 países encuestados de la UE es la alemana Angela Merkl a quien 57 por ciento le da un espaldarazo de que puede hacer lo correcto con respecto a los asuntos mundiales, mientras que el presidente ruso, Vladimir Putin, y el primer ministro húngaro, Viktor Orban, son los más mal calificados.

Las conclusiones séptima y octava del trabajo indican que las generaciones más jóvenes dan más valor a la libertad de Internet que las generaciones anteriores y que la homosexualidad es más aceptada en Europa Occidental.

También que los europeos occidentales son más propensos que los de Europa Central y Oriental a decir que la sociedad debería aceptar la homosexualidad. En todos los países encuestados, la aceptación de la homosexualidad más alta es en Suecia (94 por ciento) y la más baja en Rusia y Ucrania (14 por ciento).

Finalmente las dos últimas conclusiones son la creencia generalizada de que la igualdad de género es muy importante y que sólo seis de los 59 partidos políticos incluidos en la encuesta reciben calificaciones favorables de la mitad o más de la población de su país.

TEMA DE LA SEMANA: EL MURO DE LA VERGÜENZA Y DE LA SOLEDAD

Publicado en la edición impresa de El Observador del 10 de noviembre de 2019 No.1270

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