Con su dolor ayuda a los que lo están pasando mal
Durante un tiempo, el dolor le hizo marcarse un límite: “No puedo”. Jacobo había decidido que no podía hacer deporte, que su enfermedad se lo impedía. Sus articulaciones estaban rígidas y anquilosadas. Y así vivió durante días, semanas, años…
Pero un día, decidió dar un giro de 180 grados a su vida. Se lanzó a una piscina y empezó a nadar. Desde entonces, nada, nada con dolor pero nada. Y fue así cómo descubrió que “la adversidad te prepara para destinos extraordinarios”.
Su extraordinario destino, marcado por la superación y el sufrimiento, es protagonista del reportaje semanal de Folksixty. Aquí te dejo su historia para que puedas descubrirla. Merece la pena.
Te puede interesar: Sabias palabras de una mujer de 103 años
Te puede interesar: A punto de perder la vista, Colín ha decidido vivir dos vidas en una
Te puede interesar: Marleen: “Me amputé la pierna y aprendí que no pasa nada por ser diferente”
Te puede interesar: Para él fue fácil descubrir su vocación
Te puede interesar: El cirujano jubilado que salva vidas en África
Envíe un comentario