Rescate en la Antártida: “La mano de Dios” entre el hielo y el cielo

¿Te imaginas en medio de la nada, atrapado en el hielo y a la deriva en la Antártida? Tal vez sea un buen disparador para un guion cinematográfico, pero tan solo pensar que puede suceder ya genera cierto escozor.

Para tres científicos polacos, pertenecientes a la base aérea de su país Henryk Arctowski en la península antártica, la pesadilla se hizo realidad. Debido a un desperfecto mecánico en la lancha que los trasladaba quedaron varados por tres horas en medio del hielo y las frías aguas.

El riesgo de morir congelados en tal inhóspito paisaje se hacía latente. Sin embargo,todo cambió para estos tres tripulantes gracias a un operativo de rescate montado por la Fuerza Aérea Chilena luego de recibir un llamado de emergencia desde la base polaca.

“Aproximadamente a las 10.00 horas de este martes 24 de septiembre, un helicóptero Bell 412 y su tripulación, de dotación de la Base Aérea Antártica Presidente Eduardo Frei Montalva, efectuó una misión de Búsqueda y Salvamento Aéreo (SAR) a 15 millas al este del Aeródromo Teniente Rodolfo Marsh, luego de recibir un llamado de emergencia por parte del jefe de la estación Arctowski de Polonia”, expresó la Fuerza Aérea en un comunicado.

Gracias a un emocionante operativo, que se pudo visualizar en redes sociales, fue posible realizar las maniobras de rescate para lograr salvar a los científicos que habían quedado a la deriva.

“La presencia durante los 365 días del año de los medios aéreos que mantiene el país, por intermedio de la Fuerza Aérea de Chile, en la Base Aérea Antártica Presidente Eduardo Frei Montalva, permiten cumplir con las labores de Búsqueda y Salvamento Aéreo (SAR), acudiendo de inmediato con sus aeronaves y tripulaciones al lugar que se requiera ante situaciones de emergencia”, señaló la Fuerza Aérea.

Hasta aquí tal vez el comunicado “frío” luego de confirmarse que los tres estaban a salvo. Pero para estos científicos sin lugar a dudas, en lo más íntimo, “la mano de Dios” se hizo presente –a través de estos providenciales rescatistas- entre el hielo y el cielo.