5 elementos fundamentales para el éxito según un superdotado
Santiago Bilinkis es un emprendedor y tecnólogo argentino que se encuentra en el 2% de los coeficientes intelectuales más altos del mundo, pero para él la inteligencia por sí sola no es suficiente. Para triunfar en cualquier profesión dice que es necesario también tener disciplina, fuerza de voluntad, don de gentes y muy especialmente la virtud de la humildad.
Santiago fue admitido como miembro de Mensa, una institución que nuclea a las personas más inteligentes del mundo teniendo en cuenta como criterio un alto coeficiente intelectual en el ejercicio lógico matemático.
Los postulantes se someten a un examen que consiste en pasar exitosamente ejercicios abstractos para los que no hace falta saber leer o escribir. Si el puntaje es superior al valor de 148 puntos, eso ubica a la persona en el 2% más alto del planeta.
La inteligencia es la capacidad de resolver cosas. En la práctica lo que se mide es una definición muy acotada, como ocurre con este tipo de test que se utiliza para saber cuán inteligente eres: una serie de gráficos, en general en sucesión, en donde se completan patrones y secuencias con otros gráficos.
En una entrevista Santiago explicó que “saber hacer eso bien es una habilidad exótica que al parecer él tiene bien entrenada, pero que eso no se traslada de modo directo al hecho de hacer las cosas bien en este mundo”. Para ello lo ejemplifica con una metáfora.
“La inteligencia es como la computadora a bordo de un auto, pero si no tienes motor, nafta o ruedas al final no tienes un auto”. Por eso dice que “hay mucha gente inteligente, pero que a veces le falta alguno de estos componentes que son fundamentales”.
Además de la inteligencia, para él uno de esos componentes esenciales que no puede faltar es la disciplina: la capacidad de hacerte hacer lo que tienes que hacer. Cuenta que son conocidas las historias de deportistas enormemente talentosos que han dilapidado sus carreras por falta de disciplina, de exigirse a sí mismos o por las peleas que han generado.
Otro elemento es la fuerza de voluntad o capacidad de trabajo. Santiago dice que esto ha sido una constante en su vida. Cuando era estudiante tuvo que hacer renuncias mientras otros se divertían o leer mientras viajaba en el autobús, algo que le resultaba muy difícil porque se mareaba con facilidad, pero que con esfuerzo pudo lograr.
Un cuarto elemento es el don de gentes que es la capacidad de vincularse con los demás. Para él, esta es posiblemente la que más suele faltar en personas muy inteligentes pero que es vital. De nada sirve ser un brillante intelectual si no eres una buena persona o no te puedes relacionar y compartir con los demás ese conocimiento.
Y el último, y no por eso menos importante, es la humildad. Santiago dice que “la persona que se cree superior, sea tocando el violín, cantando o haciendo cálculos matemáticos, se complica muchísimo las cosas a sí mismo”.
De hecho, él ha vivido la frustración de fracasar y dice que los errores pueden ayudar mucho para aprender. No existe innovación sin error y por eso es bueno reconocerlo como parte del proceso que nos puede llevar a conseguir la recompensa de haberlo logrado.
Santiago explica que hay muchos talentos y todos venimos con uno que se destaca más que otro. “Me hubiese encantado tener el talento de tocar un instrumento musical, pero no lo tengo, así como también me encanta el fútbol pero mi cabeza piensa en todo lo que hay que hacer y mis pies hacen otra cosa diferente”.
La inteligencia es uno de los muchos talentos que existen. Para él lo importante no es tanto el talento que te toca, sino lo que haces con él. Y en este sentido, “todo talento requiere esfuerzo. Esto pasa en cualquier profesión: si el talento que tienes no viene acompañado de estos elementos, difícilmente puedas triunfar”.
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