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El hombre que ayudó a fortalecer la fe de los aimaras en Bolivia

En Bolivia están presentes en mayor número, pero también los hay en Perú, Chile y Argentina. Se trata de los aimaras, uno de los grupos étnicos más famosos de América del Sur con fuerte arraigo a Los Andes y el Altiplano (Lago Titicaca, Poopó).

A pesar de los diversos choques culturales a través de los siglos, los aimaras han podido sobrevivir y hoy en día siguen siendo un pueblo con presencia en la región. Incluso, el propio presidente de Bolivia, Evo Morales, tiene un fuerte vínculo con este pueblo en cuanto a sus antepasados.

En los últimos días una noticia llenó de júbilo a este pueblo y en particular a Vicente Quispe Chura, un boliviano y hablante nativo del aimara –nacido a las orillas del Lago Titicaca-, quien recibió una condecoración de parte del papa Francisco (“Pro Ecclesia et Pontifice”) por haber colaborado en la traducción del castellano al aimara varios textos litúrgicos.

Durante una ceremonia, en la localidad boliviana de Cochabamba, rodeado por las autoridades eclesiásticas de Bolivia, Vicente no pudo esconder la emoción.

“Esta condecoración es un homenaje al valeroso pueblo aimara que ha sabido defender sus usos y costumbres y mantener su lengua a pesar de que ha sido poco valorada, silenciada e inclusive menospreciada”, expresó.

“Este pueblo mantiene su fe viva en Dios, en la vida, en la Pachamama, en la mamita de Copacabana (Virgen de Copacabana, Bolivia), nuestra madre y en la de Nuestro Señor Jesucristo. La dedico a mi pueblo aimara, a las comunidades cristianas que cultivan su fe católica y también a los sacerdotes aimaras y laicos”, prosiguió.

Vicente también tuvo unas palabras especiales para con su esposa e hijos, quienes de alguna manera representaron un sostén durante años de intenso trabajo.

Para que pudiera hacer efectivo el acercamiento de diversos textos como el misal, textos deuterocanónicos, tres leccionarios para misas, el Libro de Salmos y libros de celebraciones rituales y festivas, entre otros, tal cual indica La Razón, Vicente contó con la colaboración de un equipo integrado por indígenas tanto bolivianos como peruanos.

Además, también fue clave el rol del jesuita español Luis Palomera, integrante del centro litúrgico aimara, quien estuvo acompañando todo el proceso.

“La fe en Dios se fortalecerá más si seguimos orando en nuestra propia lengua”, añadió Vicente, el hombre que ayudó con su trabajo a acrecentar la fe de su pueblo.

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