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¿Conoces al cura inventor que “desafió” a Guillermo Marconi

Uno de los más autorizados e importantes inventores en el campo de la radiofonía. No estamos hablando de Guillermo Marconi sino de un sacerdote. Se trata de Remo Palazzetti, párroco de Ponte Felcino (Perugia), gran apasionado de la radio e inventor del campo de rotación de alta frecuencia. Su patente fue utilizada incluso por la NASA.

Experto y apasionado de radiofonía, transformó la planta baja de la casa parroquial en un equipado laboratorio radio-eletrotécnico, donde manuales técnicos convivían pacificamente con evangelios y breviarios (Perugia Today, 13 abril).

En 1930 tuvo la idea de convertir la sala de baile de la Sociedad Filarmónica en cine (Eden), realizando él solo la máquina para las proyecciones. En 1931, con la llegada del sonoro, proyectó y construyó dos poderosos altavoces realizaron su tarea de forma excelente hasta la mitad de los años 80.

La física, la electrotécnica y la matemática no tenían secretos para Remo que, autodidacta, patenta un considerable número de inventos, algunos de los cuales adoptados después por la industria de la radiofonía. En los ambientes científicos obtuvo, en 1890, la invención de la “radiofrecuencia por ondas decamétricas de campo rotatorio”, un sistema de transceptores alternativo al ideado por Guillermo Marconi.

En la práctica, a diferencia del sistema “marconiano”, el campo rotatorio puesto a punto por don Remo hace que la señal de radio se dirija hacia una única y precisa dirección, siguiendo las variaciones del terreno y superando los obstáculos naturales sin necesidad de repetidores de radio.

Con este invento se eliminaban las interferencias durante la transmisión, se ahorraba energía, y la señal llegaba más limpia y clara al receptor, daba igual dónde se encontrara.

Remo fue además un párroco heroico. En el agitado período después de que Italia cambiara de bando en la Segunda Guerra Mundial (20 de junio de 1944), fue capaz de monitorear a las unidades alemanas acantonadas en el país, frustrando la destrucción de la estratégica central hidroeléctrica del Tíber.

Gracias a su activismo se reconstruyó en tiempo record, en octubre de 1952, la actual iglesia parroquial de Ponte Felcino, anteriormente destruida por los bombardeos.

Don Remo – un adelantado a su tiempo, pero también sacerdote de gran espiritualidad – fue uno de los primeros y más fieles discípulos de Padre Pío, también cuando el fraile de San Giovanni Rotondo no era bien visto por las autoridades eclesiásticas.

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