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El príncipe Carlos, futuro cabeza de la Iglesia de Inglaterra, elogia a san Henry Newman

El príncipe de Gales, próximo líder máximo de la Iglesia de Inglaterra, firmó un artículo en el que exalta la memoria del nuevo santo de la Iglesia Católica, san Henry Newman, y publicado en L’Osservatore Romano, suscitando el agradecimiento del mismo papa Francisco: “Como anglicano recondujo aquella Iglesia a sus raíces católicas y como católico estaba dispuesto a aprender de la tradición anglicana, por ejemplo, en la promoción del papel de los laicos”, escribió el príncipe.

Antes de la misa del domingo, 13 de octubre de 2019, el papa Francisco ha saludado al príncipe Carlos de Inglaterra en la Capilla de la Piedad del Vaticano en el marco del encuentro con las delegaciones oficiales con motivo de la Canonización de cinco nuevos santos de la Iglesia católica, entre ellos, el cardenal John Henry Newman (1801-1890).

En el vídeo del encuentro publicado por el canal de la familia real en Youtube, se escucha al Papa decir: “Leí tu artículo”, antes de que el príncipe afirmara que estaba sorprendido gratamente del compromiso del pontífice a favor de la protección de la Casa Común. Tema de común preocupación, entre el príncipe de Gales, 70 años, y el Sucesor de Pedro, 82 años. 

Un gesto importante, considerado que Carlos un día se convertirá en el jefe de la Iglesia de Inglaterra y quien escribió un artículo de elogio a la memoria del cardenal católico John Henry Newman, titulado: La armonía de la diferencia, cuyo texto fue publicado en el periódico del Vaticano. 

Durante el rito de canonización del domingo, el Papa ha declarado santo al cardenal Newman convertido al catolicismo, luego de que fuera sacerdote anglicano, y tuviera un ‘futuro dorado’ en el mundo académico y en la reconocida Universidad de Oxford. 

Asimismo, en la homilía propuso las palabras del primer santo inglés de la era moderna para ilustrar esa santidad de todos los días para pedir a Jesús, ser “luces amables” en medio de la oscuridad del mundo” para “servir de luz a los demás” (Meditations on Christian Doctrine, VII,3)”. 

Por su parte, el príncipe Carlos rindió homenaje al cardenal nacido en Londres, que murió en Inglaterra en 1890 a los 89 años, afirmando que la canonización del primer británico después de 40 años, es motivo de fiesta no solo para el Reino Unido, sino también para los católicos y para todos aquellos que aprecian los valores que lo inspiraron.

Newman siguió su conciencia

“En la imagen de la armonía divina, expresada tan elocuentemente por Newman, podemos ver cómo, después de todo, cuando seguimos sincera y valientemente los diferentes caminos a los que nos llama nuestra conciencia, todas nuestras divisiones pueden conducir a una mayor comprensión y todos nuestros caminos pueden encontrar una casa común”.

Carlos remarcó que la vida “de este gran británico”, ahora, “santo”, “supera las divisiones entre tradiciones”, y “es ciertamente justo dar gracias por la amistad que, a pesar de la separación, no sólo ha resistido sino que también se ha fortalecido”.

Newman se defendió sin acusar

El príncipe Carlos se refirió al ejemplo del cardenal Newman que trasciende hasta hoy. “En la época en que vivió, Newman representó la vida del espíritu contra las fuerzas que degradaron la dignidad humana y el destino humano”.

Y escribió: “su ejemplo es más necesario que nunca: por la forma en que, en el mejor de los casos, ha podido defenderse sin acusar, estar en desacuerdo sin faltar de respeto y quizás, sobre todo, por la forma en que sabía ver las diferencias como lugares de encuentro en lugar de exclusión”.

Sostuvo que Newman fue “uno de los más grandes teólogos del siglo XIX” que usó su “intelecto a una de las preguntas más apremiantes de nuestra era: ¿cuál debería ser la relación entre fe y una era escéptica, secular?”. 

Newman poeta del alma

Un teólogo admirable: “Su compromiso, primero con la teología anglicana y luego, después de la conversión, con la teología católica, impresionó incluso a sus opositores por su audaz honestidad, implacable rigor y originalidad de pensamiento”.

“Cualesquiera que sean nuestras creencias, y cualquiera que sea nuestra tradición, sólo podemos agradecer a Newman los dones, arraigados en su fe católica, que compartió con la sociedad en general: su intensa y conmovedora autobiografía y su poesía”, escribió el futuro sucesor al trono de Inglaterra. 

Y citó El sueño de Geronci, de autoría del cardenal, que, musicalizada por Sir Edward Elgar -otro católico inglés del que todos los británicos pueden estar orgullosos-, ha dado al mundo de la música una de sus obras maestras corales más perdurables”. 

“En el momento culminante de El sueño de Geroncio, el alma, acercándose al cielo, percibe algo de la visión divina: Una gran misteriosa armonía: Me inunda, como el profundo y solemne sonido. De muchas aguas. La armonía exige diferencia. Este pensamiento está en el centro mismo de la teología cristiana en el concepto de la Trinidad. En el mismo poema Geroncio dice: Creo firmemente y sinceramente, Que Dios es Trino y que Dios es Uno”. 

Newman no temió la diferencia

El príncipe de Gales afirmó que Newman no temió la diferencia, como tal, y lo demostró en su vida.“Bajo su guía, los católicos se han convertido plenamente en una parte integral de la sociedad en general, que de esta manera se ha enriquecido aún más como comunidad de comunidades”. 

Newman no se ha dedicado sólo a la Iglesia, sino también al mundo, constató. Sostuvo, que con su vida fue “allanando el camino para posteriores diálogos ecuménicos”. 

“Cuando en 1879 fue elevado a la dignidad cardenalicia, eligió como lema Cor ad cor loquitor (corazón habla a corazón) y sus conversaciones más allá de las diferencias confesionales, culturales, sociales y económicas estaban radicadas en esta íntima amistad con Dios”.

Teólogo de la misericordia

Sucesivamente elogia su condición de converso católico: “Su fe era verdaderamente católica, ya que abarcaba todos los aspectos de la vida. Es con este mismo espíritu que nosotros, católicos y no católicos, podemos, en la tradición de la Iglesia cristiana a lo largo de los siglos, abrazar la perspectiva única, la particular sabiduría y la comprensión que esta sola alma ha traído a nuestra experiencia universal”. 

Invitó a leer los escritos del cardenal Newman para encontrar la inspiración y reconocer que la vida humana es “inevitablemente imperfecta”. “El mismo Newman era consciente de sus propios defectos, como el orgullo y el estar a la defensiva, que no estaban a la altura de sus ideales, pero que en el fondo lo hicieron más agradecido por la misericordia de Dios”. 

Teólogo contra el relativismo avasallador

Además elogió su influencia como “teólogo”, por su “profundo impacto en los pensadores posteriores” por la forma “en que ha reconciliado la fe y la razón”, además “contra el relativismo avasallador”. 

Carlos también asegura su estima por el legado educativo de Newman. “Como educador, su trabajo tuvo una gran influencia en Oxford, Dublín y  también más allá, mientras que su tratado La idea de la Universidad sigue siendo un texto fundamental en la actualidad”. 

Newman educador de la infancia

“Sus esfuerzos, a menudo olvidados, para educar a los niños son un testimonio de su compromiso para garantizar que personas de todos los ambientes pudieran ser partícipes de las oportunidades que la educación puede ofrecer. Como anglicano recondujo aquella Iglesia a sus raíces católicas y como católico estaba dispuesto a aprender de la tradición anglicana, por ejemplo, en la promoción del papel de los laicos”. 

El Principio, insistió, que Newman dio a la Iglesia Católica “una nueva confianza cuando se restableció en una tierra de la que había sido desarraigada. Hoy la comunidad católica en Gran Bretaña tiene una deuda incalculable hacia su incansable trabajo, así como la sociedad británica tiene razones para estar agradecida a esta comunidad por su contribución inconmensurablemente valiosa a la vida de nuestro país”.

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