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Cuando llegue la persona correcta, agradecerás los “fracasos” anteriores

En mi caminar ya me he topado con personas equivocadas y dejé que llegaran a mi corazón. Dejé de lado los avisos para dar atención a mis sentimientos, que fueron equivocados y traicioneros, pero aprendí lecciones importantes con todo ello. Aprendí que dejar de soñar y dejar de creer en el amor porque alguien no supo valorarme es un error de los grandes. Aprendí que así como llegan personas a mi vida que me lastiman, también llegan otras para curarnos.

Cuando la persona correcta llegue, entenderé por qué no he acertado con ninguna otra y estaré agradecida por ello. La persona correcta no me alejará de Dios, sino que me incentivará a buscarlo y me amará como si el mañana no existiera. Me echará la bronca cuando esté en un error y me mostrará lo que es necesario cambiar.

La persona correcta rezará por mí y me sabrá soportar cuando, en lugar de ser flor, sea espina. Me mirará a los ojos cuando esté llorando o con desesperación y me asegurará que seguirá a mi lado.

La persona correcta llegará a mi corazón de forma pura. Y cuando mire a los ojos a la persona correcta mientras sonría, me recordará lo que he soportado y también sonreiré.

Agradeceré a Dios el haberme enseñado que el amor va más allá de palabras bonitas y por haber puesto en mi vida a alguien tan especial y único. No estaré con papel y lápiz en la mano para escribir mi historia de la forma en que quiero, porque eso no respecta a mí, sino a Dios. Y con Él, bien, ya sabes, todo es perfecto.

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