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El Papa ante la Cuaresma: “Comencemos con alegría este camino de esperanza”

De las caras apesadumbradas de la penitencia, el ayuno y la oración, el papa Francisco exhortó a los cristianos a vivir la Cuaresma como camino de esperanza en el amor y la libertad donados por Jesús.

“Estos cuarenta días son también para todos nosotros una salida de la esclavitud del pecado a la libertad del encuentro con Cristo resucitado. Cada paso, cada esfuerzo, cada prueba, cada caída y cada volverse a levantar, todo tiene sentido sólo dentro del plan de salvación de Dios, que quiere la vida de su pueblo y no la muerte, la alegría y no el dolor”, dijo Francisco.

Precisamente, hoy, 1 de marzo 2017, Miércoles de Ceniza, el papa Francisco presentó “la Cuaresma como tiempo de esperanza” (Es 3, 7- 8.10) en el marco del ciclo de catequesis que lleva adelante sobre el tema de “la esperanza cristiana”.

La Cuaresma es un período del año litúrgico de la Iglesia católica que va desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Ramos (40 días) durante el cual los cristianos se preparan para celebrar la Pascua de Resurrección.

“Al igual que el Pueblo de Israel que sufrió la esclavitud en Egipto”, el Pontífice instó a vivir la Cuaresma como una experiencia de “liberación y a caminar por el desierto de la vida para llegar a la tierra prometida”. También advirtió de la tentación de querer volver atrás a medida que el camino se hace más difícil.

Los cristianos recibimos de Jesús la liberación del pecado, pero si vivimos en el amor, recordó. “Jesús nos abre el camino al cielo a través de su pasión, muerte y resurrección. Él ha debido humillarse y hacerse obediente hasta la muerte, vertiendo su sangre para librarnos de la esclavitud del pecado”, explicó el Papa.

E invitó a seguir los pasos de Jesús y beber de la fuente de los sacramentos y la oración. “Él venció al tentador y ahora nosotros debemos también afrontar la tentación y superarla”. “Él es la luz que vence las tinieblas y nos pide a nosotros alimentar la llama que se nos confió el día de nuestro bautismo”.

La Cuaresma es “signo sacramental de nuestra conversión“, de nuestro viaje desde la esclavitud a la libertad, siempre renovándose. Un camino difícil, como debe ser, porque el amor no resulta tarea fácil, pero es un camino lleno de esperanza. Yo diría más: el éxodo de Cuaresma es el camino en el que la esperanza misma se forma”.

“La Cuaresma se estableció en la Iglesia como tiempo de preparación para la Pascua, y por lo tanto, todo el camino de este periodo de cuarenta días es iluminado por el misterio pascual”, explicó ante 10.000 fieles y peregrinos presentes en la plaza de San Pedro.

El esfuerzo para cruzar el desierto -todas las pruebas, tentaciones, ilusiones, espejismos,… -, todo esto vale para forjar una esperanza fuerte, firme, en el modelo de la Virgen María”.

El Papa recordó cómo la madre de Jesús vivió la “oscuridad de la pasión y la muerte de su Hijo” pero siguió creyendo y esperando en su resurrección, en la victoria del amor de Dios.

“Con el corazón abierto en este horizonte, entramos en la Cuaresma. Sintiéndonos parte de este pueblo santo de Dios, comencemos con alegría este camino de esperanza”, invitó.

Jesús resucitado “nos llama a salir de nuestra oscuridad, y nos ponemos en camino hacia Él, que es la Luz”.

La audiencia general se concluyó con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica.

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