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Las últimas palabras del “santo de la sala de cirugía” a sus 7 hijos: piensa en ellas

El médico Vittorio Trancanelli, moribundo llamó alrededor de su lecho de muerte a todos sus hijos y a su esposa para declararles que eran sus tesoros más grandes y que por ellos nada fue un sacrificio, sino un regalo de amor. “Por este motivo valió la pena vivir, no para ser alguien, hacer carrera o tener dinero”, fueron sus últimas palabras en 1998.

Médico del Hospital Silvestrini en Perugia, casado con Lia Sabatini, cayó gravemente enfermo en 1976, un mes antes del nacimiento de Diego, el único hijo natural. La enfermedad (durante varios años) y el trabajo no le detuvieron a él y a su esposa en su misión de dar un hogar a siete chicos, algunos de ellos con discapacidad.

El papa Francisco ha autorizado los decretos de la Congregación para la Causa de los santos que reconocen al médico Trancanelli “virtudes heroicas”. El Pontífice ha recibido en audiencia al cardenal Angelo Amato, S.D.B., prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, este lunes 27 de febrero por la mañana.

En dichos decretos de la Congregación se reconocen las virtudes heroicas del “Siervo de Dios” Vittorio Trancanelli, laico, padre de familia nacido el 26 de abril de 1944 en Spello, provincia italiana de Perugia (región de Umbria) y muerto el 24 de junio de 1998.

Los pacientes de Trancanelli lo reconocen también como un médico cariñoso y atento a sus necesidades, de corazón abierto para recibir a los niños que lo necesitaban, animado por una profunda fe y deseo de ser misionero. “Humanizando el hospital donde trabajaba” y fundando una “casa de acogida”. Algunos ya lo llaman “el santo de la sala de cirugía”. El obispo de Perugia le indica como “el santo laico de nuestro tiempo”.

Trancanelli y su esposa inspiraron la red de solidaridad creada por otras familias y que lleva por nombre “Asociación En el valle de Mamre”. Un proyecto de familias unidas que prestan acogida a mujeres y niños que los necesitan.

La Santa Sede concedió la apertura de la causa de beatificación el pasado 22 de junio de 2006, ahora llegó el nuevo decreto firmado por papa Francisco, quien ha siempre pedido a los laicos de escapar del clericalismo y no ventanear ante los problemas de la vida y de la sociedad.

El Pontífice autoriza a seguir adelante con otras seis causas: 

El Papa reconoció el martirio del Siervo de Dios Tito Zeman, salesiano prisionero y martirizado por el régimen comunista checoslovaco, nacido el 4 de enero y asesinado en odio a la fe el 8 de enero de 1969.

Se reconocen también las virtudes heroicas del Siervo de Dios Ottavio Ortiz Arrieta, obispo nacido en Lima el 19 abril 1879 y fallecido en Chachapoyas, Perú, el 1 marzo 1958. Fue el primer sacerdote salesiano en Perú y evangelizó en zonas marginadas y lejanas.

En el mismo decreto de autorización se establecen las virtudes heroicas del Siervo de Dios Antonio Repiso Martínez de Orbe, sacerdote de la Compañía de Jesús fundador de la Congregación de las Hermanas del Divino Pastor en México; que nació el 8 de febrero 1856 y murió el 27 de Julio de 1929.

También las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Maria de las Mercedes Cabezas Terrero, fundadora del Instituto Religioso de las Obreras Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús, nacida el 19 de diciembre 1911 y fallecida el 30 de septiembre 1993; las de la Sierva de Dios Lucia dell’Immacolata, religiosa consagrada de la Congregación de las Ancelle della Carità nacida el 26 de mayo 1909 y muerta el 4 de julio 1954, y las del Siervo de Dios médico pediatra, Pietro Herrero Rubio, laico; nacido en Alicante (España) el 29 abril de 1904 y muerto el 5 noviembre de 1978.

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