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Colombiano ejecutado en China: “Me voy feliz al cielo, esta comedia se acabó”

 “Hoy es un día triste para Colombia y en especial para mi familia (…) el flagelo del narcotráfico destruye familias por eso decidí ser artista y cambiar mi vida para demostrar que el arte es una gran opción de vida, la mejor diría yo”.

Estas palabras fueron expresadas Juan José Herrera horas antes de que se produjera el trágico final de su padre, el colombiano Ismael Enrique Arciniegas, de 74 años, condenado a muerte por China por narcotráfico.

El caso conmocionó a la opinión pública en las últimas horas y trascendió fronteras. Por un lado, por tratarse del primer colombiano ejecutado en China (y tal vez el primer latinoamericano, dato que no es posible corroborar debido al hermetismo del gobierno chino) y por otro, por el debate que genera este tipo de medidas.

Ismael Enrique estaba detenido desde el año 2010 en la ciudad de Guangzhou, capital de la Provincia de Guangdong. Recién en 2013 fue condenado a pena de muerte luego de reconocer que llevaba cuatro kilos de droga.

Su hijo, que hizo las veces de portavoz de la familia con respecto a esta situación, confirmó que su padre estaba apresado en una “condición inhumana”. “Estaba amarrado a la pata de una cama con 16 eslabones, una hora de sol a la semana y una letrina”, señaló.

Agregó que su padre estaba apegado a Dios a través de la oración y realizó un ferviente llamado a los colombianos que eviten cometer el mismo error de su padre de ir a llevar droga a China.

Y recordó el trabajo de su padre, que era periodista, escritor y publicista.

“Tratar en lo más humanamente posible (de) evitar que se vaya a malinterpretar su imagen porque es un periodista, es un gran ser humano, es una gran persona, no es un delincuente, es una persona que realmente se equivocó y ese es el pago por su equivocación”, expresó a Radio Caracol.

La Cancillería colombiana, que hasta último momento –indicó- hizo todas las gestiones necesarias para evitar el desenlace, confirmó la ejecución del colombiano.

“El Ministerio de Relaciones Exteriores lamenta profundamente la decisión tomada por las autoridades judiciales de la República Popular China, de ejecutar a Ismael Enrique Arciniegas Valencia, a pesar de las reiteradas peticiones de clemencia y las varias solicitudes presentadas al Gobierno chino para que su sentencia de muerte fuera conmutada”, expresó la cancillería a través de un comunicado.

A pesar de los esfuerzos expresados, nada se pudo hacer con respecto a la vida de este colombiano. Y la propia Cancillería señaló que el tema de los sacerdotes a las cárceles.

Detrás de las políticas de mano dura con respecto al narcotráfico en algunos países como China se esconden una vez más el debate sobre la pena de muerte y el drama humano de una familia que debe atravesar un doloroso proceso que culmina con la peor de las noticias, siendo la segunda vez que les toca una situación familiar debido a que el hermano de Ismael muró hace dos años por un derrame cerebral en Hong Kong al estar detenido en una cárcel de Macao.

Según diversos medios de prensa, actualmente hay otros cinco colombianos condenados a muerte en China también por el delito de narcotráfico. Luego, hay otros 10 también condenados, pero con ejecuciones aplazadas. Pero en total, hay más de 160 colombianos en cárceles chinas.

“La señora Cónsul ha pedido la presencia de un religioso católico en caso que se siga con la pena de muerte”, sostuvo Francisco Javier Echeverri Lara, viceministro de asuntos multilaterales, reproduce El País de Cali.

Tal vez un error haya sido el que llevó a la muerte a este colombiano, quien a pesar de su situación hizo que una nación entera se uniera en oración por su alma.

Dos horas antes de la muerte de su padre, a quien le dieron una inyección letal, Juan José logró tener una conversación con él y posteriormente trasladó a la opinión pública los últimos sentimientos de su padre con respecto a todo esto.

“La vida es una comedia y esta comedia se acabó. Doy gracias a Dios por la familia que me permitió tener. Mucha tranquilidad. Bendiciones”. 

Y su hijo concluyó en Facebook:

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