EL OBSERVADOR LATINOAMERICANO | COLOMBIA |
El Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS) del Episcopado Colombiano (CEC) desde hace varias décadas ha venido generando reflexiones en torno a la necesidad de realizar transformaciones que conlleven a la eliminación de las violencias hacia las mujeres. Para ello se ha dado a la tarea de promover la campaña que lleva como lema: “Construyamos paz, eliminemos la violencia contra la mujer”, consecuente con el documento de la CEC “Artesanos del perdón, la reconciliación y la paz” .
Esta campaña que se propone para el próximo 25 de noviembre, fecha en que se conmemora el “Día Internacional de la no violencia contra la mujer”, invita para que a partir de la aplicación de unos componentes pedagógicos, cada colombiano comprenda que la construcción de paz, requiere el respeto a las mujeres de todas las edades, culturas, etnias y territorios.
El objetivo propuesto para esta campaña es “generar reflexiones y orientaciones para que la sociedad comprenda y asuma compromisos en la eliminación de la violencia contra las mujeres, como aporte a la construcción de una paz estable y duradera en Colombia”.
Esta iniciativa prevé la realización de actividades como talleres y reflexiones en torno a la transformación no violenta de conflictos entre hombres y mujeres, y valora la intermediación no violenta de las mujeres en conflictos, así como su labor en la reconstrucción del tejido social.
Como nos invita el documento “Artesanos del perdón, la reconciliación y la paz”, a ejemplo de María, “que cada colombiano aprenda a desarmar el corazón, busque nuevos caminos que favorezcan la fraternidad, la reconciliación y la paz, deje atrás los rencores y deseos de venganza y así posibilite alcanzar del mismo Señor, la unidad interior y la armonía exterior”.
Vale la pena recordar el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1995, donde San Juan Pablo II invita a las mujeres a ser educadoras para la paz “que sean testigos, mensajeras, maestras de paz en las relaciones entre las personas y las generaciones, en la familia, en la vida cultural, social y política de las naciones, de modo particular en las situaciones de conflicto y de guerra. ¡Que puedan continuar el camino hacia la paz ya emprendido antes de ellas por otras muchas mujeres valientes y clarividentes!”.
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